Por qué los granjeros americanos están hackeando sus tractores con firmware ucraniano
Gran historia (en inglés) de Motherboard aunque el titular hace que parezca una tendencia cuando se trata de casos aislados.
¿Qué está pasando?
Javier Pastor lo explica en español en Xataka.
Hace tiempo que este fabricante bloquea sus vehículos para que los usuarios no los reparen y solo se puedan reparar en servicios especializados. La solución que se han buscado los agricultores americanos es singular: hackean sus tractores con firmware procedente de Ucrania.
La historia hay que entenderla dentro de la lucha que hay en el estado de Nebraska (marcadamente rural) por el "derecho a reparar", una ley que está en proceso de aprobación y a la que se oponen varios fabricantes de electrónica, aunque el detonante han sido precisamente las prácticas de los fabricantes de maquinaria agrícola.
He aquí el problema: en estas historias se tiende a simplificar la motivación de las empresas.
John Deere -el fabricante de tractores- no ha tomado esta decisión para obtener beneficio forzando el uso de su servicio técnico. Su servicio técnico es muy poco eficiente comparado con un taller de terceros capaz de servir a todo tipo de vehículos. Es probable que, a pesar de sus altos precios, la división opere con pérdidas o a costo. Su negocio -de donde provienen la mayor parte de sus ingresos- es la venta de vehículos y, más importante aún, su financiación.
La razón de estos bloqueos, en EE.UU., suele ser protección legal ante futuros problemas que puedan surgir en caso de que una reparación de terceros cause un fallo, sobre todo si viene con graves consecuencias económicas o personales para el granjero.
Incluso aunque haya protecciones legales en los contratos de compra para estos supuestos -usar piezas y servicio no oficial invalida garantías, etc... -, EE.UU. es una sociedad litigante y en la que un juicio público podría tener un coste muy alto para la imagen de la compañía. La forma de protegerse es establecer un proceso de reparación certificado.
La situación no es muy diferente en el caso de la electrónica de consumo. Si un adaptador de mala calidad comprado en Aliexpress quema la batería de un Galaxy o un iPhone, son Apple o Samsung las que se enfrentan a un problema de imagen, de ahí que suelan tener gamas oficiales de accesorios que son más caras que el resto de ofertas del mercado pero que están certificadas, o que traten de forzar el uso de sus servicios técnicos oficiales cuando algo falla.
En Hacker News, un ex-empleado de John Deere lo explica.
Dicho esto, creo que la inmensa mayoría de la población está de acuerdo en que si compras algo, deberías tener derecho a modificar y reparar el dispositivo.
En el caso de John Deere, este supuesto se ha llevado al extremo y el lenguaje legal del contrato de venta es extremadamente oneroso. Si modificas el firmware o hardware del vehículo no sólo pierdes la garantía, sino el derecho a utilizarlo, aparentemente. En caso de ir a juicio, no me extrañaría que John Deere se viese obligado a modificarlo.