Netflix no puede escribirse con ñ
No es fácil encontrar posts tan detallados como éste de Eduald Domènech en el que explica las razones detrás del fracaso de MediaXpress, un Netflix español.
¿Qué pasaba? Muy simple, MediaXpress “perdía” el 7,5% de todos los envios, así de simple, a los usuarios que se “les perdía” algún envío, se quejaban de la tardanza y a la segunda o tercera vez que ocurría se daba de baja.
Typical spanish, vamos. Al intentar dar el salto a un modelo exclusivamente digital, MediaXpress chocó con los obstáculos de las majors (las grandes productoras cinematográficas).
La mas representativa nos pedia 10.000 alquileres como minimo con un ingreso garantizado de 2,80€ para ellos por alquiler. Hicimos una prueba que nos costó, pues eso, +25k€. Más allá de que funcionara poco o mucho, haciendo las cuentas, representaba que para disponer de todos los grandes titulos cada semana, teníamos que pagar unos 100k€ alquilaras o no alquilaras. Eso son +5M€ al año para empezar a hablar. Ya se ve que así no se puede arrancar ningún proyecto. Desconozco si ahora han moderado esta exigencia.
Y por supuesto hay que añadir el canon de la SGAE, DRM, IVA, etc…
Esta misma queja la he escuchado de otras empresas. Apple, por ejemplo, ha estado negociando el lanzamiento de alquiler de películas durante tres años (¡tres años! y eso que ya tenían experiencia y el modelo de negocio activo en otros mercados). El mismo calvario sufrieron las consolas para comenzar a ofrecer películas. Las majors españolas tenían un considerable problema con la cesión de derechos de emisión digitales porque estaban más interesadas en vender DVDs y en entrar en pay per view con las plataformas de satélite y cable (y siguen con esa idea, creo, salvo que los precios y condiciones hayan cambiado significativamente). Al final algunas iniciativas optaron por salir con catálogos reducidos y para otras hemos tenido que esperar bastante tiempo.