La mentira del vídeo
Un grupo de pequeños anunciantes en California ha demandado a Facebook por lo que considera un engaño sistemático por parte de la compañía a la hora de estimar el alcance de los vídeos de su plataforma.
Según los demandantes, Facebook ignoró durante un año todas las señales que apuntaban a que sus métricas de consumo de vídeo estaban infladas y, cuando llegó el momento de reconocerlo, rebajó el impacto real de este fallo.
La red social calculó que podría haber contabilizado entre un 60% y un 80% más de consumo del debido y lo hizo público en 2016. Los anunciantes creen, no obstante, que las cifra podría en realidad estar entre el 150% y el 900% y que Facebook conocía ya este error en 2015 y lo mantuvo en secreto para no dañar su estrategia de crecimiento.
Es difícil hacerse una idea de las consecuencias de este engaño, sobre todo en el negocio de los medios de comunicación. Muchas redacciones decidieron eliminar muchos puestos tradicionales para crear departamentos de vídeo con los que aprovechar lo que parecía un “boom” en toda regla pero que al final terminó por no materializarse.
El cambio ha dejado en la calle a cientos de periodistas y ha modificado por completo la estructura de muchos medios que consideraban necesario, dada la relevancia de Facebook como fuente de tráfico, estar presente en la plataforma de vídeo. No estar significaba ser penalizados con menos relevancia y menos apariciones en el News Feed.
La presión para jefes de producto y administradores era realmente alta, como resume Matthew Panzarino, editor jefe de TechCrunch, en este hilo de Twitter: