La decepción del nuevo iPhone
Mi opinión es que Apple con el 4S está jugando con las reglas de un mercado diferente al que los analistas y la prensa estamos acostumbrados. Nos hemos cansado de repetir que el smartphone ya no es un producto destinado al usuario tecnófilo y ahora es el móvil estándar pero no somos capaces de aplicar ese mismo concepto a un caso práctico o ver las consecuencias que puede tener este cambio.
El teléfono móvil “básico” más vendido de la última década es el Motorla RAZR, el terminal formato bisagra superdelgado que Motorola sacó a la venta en el año 2004. En el año 2006 la compañía había vendido 50 millones de unidades del producto. En 2008, cuando dejó de fabricarlo, el total de ventas acumuladas era de 130 millones de unidades. Eso quiere decir que más del 60% de las ventas ocurrieron cuando el producto ya tenía más de dos años de vida y bastante (y mejor) competencia en el mercado.
Las reglas del mercado del smartphone eran diferentes entonces y lo han sido hasta hace poco . Es un tipo de teléfono que compra el que quiere estar a la última y que renueva con frecuencia para continuar estando a la última. No creo que el iPhone 4S sea un mal teléfono en este sentido (el procesador A5 del iPad 2 es muy superior a cualquier otro móvil del mercado y aunque la versión del 4S puede no ser tan potente probablemente quedará muy por encima de la competencia. La cámara tiene una pinta excelente) pero es un modelo pensado para una dinámica de mercado que no es la que hemos tenido hasta ahora y en ese sentido resulta confuso.
Esto tampoco quiere decir que el smartphone esté condenado a ciclos de renovación más largos. Hay todavía un mercado para quienes quieren un teléfono nuevo cada año y aún hay muchas tecnologías que tienen que avanzar dentro del móvil (NFC y LTE, por poner dos ejemplos que el 4S omite) pero creo que en Cupertino están haciendo una maniobra que era imposible hacer hace cinco años pero que ahora merece la pena intentar: vender un iPhone con los mismos ciclos que tenía un feature phone. Por supuesto puede salirle mal, es parte del riesgo.
¿Me hubiera gustado ver ayer a una Apple más ambiciosa? Claro que sí y posiblemente se lo podrían haber permitido pero la compañía tiene sus propias ideas y una de ellas es que se arriesga lo justo y sólo cuando cree que realmente está preparada para hacerlo. Cambiarán la pantalla cuando crean que se puede fabricar un teléfono compacto y cómodo con pantalla grande y la misma autonomía que cuadre dentro de sus cuentas y márgenes de beneficios. Mi predicción es que habrá un móvil de pantalla grande o un iPod Touch de pantalla grande antes de un año (posiblemente antes de lo que esperamos) pero el de Apple no es un puzzle fácil de encajar y no me gustaría estar en la piel de Cook a la hora de tener que decir “no” a según que proyectos o ideas.