Diseñado por Apple en California, fabricado en...
El analista Neil Cybart explica en Above Avalon cómo Apple ha dedicado los últimos años a reducir su dependencia de China, donde fabricaba prácticamente todos sus productos.
Aunque su cadena de producción aún depende en gran medida de las fábricas de Shenzen, cada vez es más frecuente encontrar productos de la compañía ensamblados en Vietnam, India o Malasia.
Un puñado de países del sudeste asiático están ahora en condiciones de fabricar productos Apple. Parte de esto se debe a que los gobiernos acomodan cada vez más la inversión extranjera. Otro factor es el socio comercial vital y de Apple, Foxconn, que muestra un esfuerzo renovado para diversificar su propio negocio y huella fuera de China.
En el corazón de esta transformación de fabricación, un principio simple guía a Apple: retener el poder. Al diversificar el ensamblaje de productos fuera de China, Apple termina enfrentando tanto a los gobiernos como a los ensambladores entre sí. Apple es uno de los mayores beneficiarios de la creciente rivalidad económica entre China, India y los países del sudeste asiático.
Para Apple el riesgo es doble. Por una lado estos países tienen cadenas de suministro todavía muy rudimentarias comparadas con la maquinaria bien engrasada que es China.
Por el otro, se expone a presiones desde el gobierno de Beijing por retirar parte de su negocio, lo que podría poner en peligro su base de clientes en el país, que representan entre el 15% y el 20% de todo su público.