Apple, baterías y viejos iPhones
Comunicado oficial de Apple en Techcrunch en respuesta al post del fundador de Geekbench, John Poole, que mostraba la correlación entre la edad del iPhone y los menores resultados en este conocido benchmark:
El año pasado lanzamos una función para iPhone 6, iPhone 6s y iPhone SE que suaviza los picos instantáneos de potencia cuando es necesario para evitar que el dispositivo se apague inesperadamente durante estas condiciones. Ahora hemos ampliamos esa función al iPhone 7 con iOS 11.2 y planeamos agregarla a otros productos en el futuro.
Hay varios detalles en esta historia que se están malinterpretando, creo, y la forma en la que Apple ha actuado y comunicado esta decisión no ha sido acertada.
Vamos por partes:
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Las quejas del rendimiento de viejos iPhone cuando llegan nuevas versiones del sistema operativo son anteriores a la inclusión de esta función. Entre los usuarios siempre ha existido la sospecha de que el rendimiento en los teléfonos de más de dos años están muy abajo en la lista de prioridades de Apple cuando diseña nuevas funciones para iOS. Con el tiempo, conforme se pule el software, la situación puede mejorar pero pueden pasar meses hasta que los problemas más molestos se corrigen.
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Esta nueva función solo afecta a aquellos casos en los que el procesador debe operar a máximo rendimiento con una batería antigua. Conforme las baterías envejecen y acumulan ciclos de carga y descarga, el voltaje que son capaces de ofrecer desciende, de ahí que haya que rebajar potencia para evitar que el teléfono se apague de forma repentina durante el uso. Pero esto no explica por qué hay personas que se han comprado un iPhone 6s recientemente, por ejemplo, notan una lentitud extrema en la respuesta de algunos elementos de iOS, como el teclado. La batería en esos teléfonos es nueva y no debería activarse esta función de “suavizado”.
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La decisión de Apple en lo que respecta a este problema es la correcta. Lo lógico es que se priorice la estabilidad del sistema a mantener una potencia máxima que no siempre es necesaria para usar el sistema. Si algo sobra en los procesadores Ax es potencia bruta. Esto no es “obsolescencia programada” sino todo lo contrario. La función está ahí para que el teléfono dure más. Ahora bien, la forma en la que se ha comunicado, sin decirlo abiertamente, no es correcta. Lo ideal sería que el usuario pudiese escoger mantener su rendimiento original arriesgando una menor autonomía o activar esta función para asegurar una mejor autonomía. Como poco, el iPhone debería notificar que la batería está degradada y esto podría tener un impacto en el rendimiento. No hace falta que sea una notificación constante, basta con hacerlo una o dos veces, pero es necesario.
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Apple es responsable de esta situación. Muchas veces nos maravillamos de lo que es capaz de hacer con baterías de menos capacidad o menos memoria RAM que sus rivales pero esta eficiencia tiene un coste a medio plazo. Cuando las cosas empiezan a fallar, no hay margen para corregir. Si en vez de 1 GB de RAM el teléfono tiene 2 o 4, esa nueva función del sistema operativo no optimizada costaría menos moverla. Si la batería tiene más capacidad, puede perder algo de carga con los años sin poner en peligro la estabilidad del sistema.
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Las baterías de los iPhone no son difíciles de cambiar (al menos en los modelos anteriores, el X parece algo más complejo) pero tampoco es algo que pueda hacer cualquiera y cambiarla en un centro no autorizado o en casa supone depositar la fe en el proveedor de la batería. Una batería de mala calidad puede fallar de manera estrepitosa, hinchándose durante la carga o incluso llegando a explotar. Siempre es recomendable hacerlo a través de Apple o un centro autorizado y eso quiere decir pagar casi el doble de lo que cuesta hacerlo en uno que no lo está. Apple debería ofrecer mejores precios para este cambio y empezar a considerar un mejor servicio post-venta como parte de la experiencia de tener un iPhone.
La mejor solución, ahora, es que iOS empiece a ofrecer mejor información sobre la salud de la batería, informe al usuario si activa alguna medida que afecte a la potencia o, mejor aún, le de la posibilidad de activarla y desactivarla a él como una opción más dentro del menú. Bien comunicada, esta función habría podido ser parte de las características destacadas de iOS 11, una mejora destinada a extender la vida de los dispositivos más viejos.
Comunicarlo así, y mezclado con los problemas que suele dar la baja prioridad que Apple da a los viejos dispositivos a la hora de diseñar las nuevas versiones del sistema operativo, ha tenido justo el efecto contrario y, por supuesto, dado un argumento -aunque sea erróneo- a los usuarios obsesionados con la obsolescencia programada.
Foto de Nadine Shaabana / Unsplash